LUNES 22 DE ABRIL 2019
¡FELIZ DIA!
PADRE NUESTRO....
MARTES 23 DE ABRIL 2019
¡BUENOS DIAS! Y
¡FELIZ PASCUA DE RESURRECCIÓN!
¡FELIZ DÍA!
Padre nuestro.........
MIÉRCOLES 24 DE ABRIL 2019
¡Buenos días!
¡FELIZ PASCUA DE RESURRECCIÓN!
¡FELIZ DÍA!
Padre nuestro...
JUEVES 25 DE ABRIL 2019
¡Buenos días!
¡FELIZ PASCUA DE RESURRECCIÓN!
¡FELIZ DÍA!
Padre nuestro...
VIERNES 26 DE ABRIL 2019
¡Buenos días!
¡FELIZ PASCUA DE RESURRECCIÓN!
¡FELIZ DÍA!
Padre nuestro...
LUNES 29 DE ABRIL 2019
Santa Catalina nació en 1347 en Siena, hija de padres virtuosos y piadosos. Ella fue favorecida por Dios con gracias extraordinarias desde una corta edad, y tenía un gran amor hacia la oración y hacia las cosas de Dios.
Por inspiración divina, a los siete años ofreció a Dios su virginidad y ya en 1363, superada la oposición de la familia, inicia la vida como laica dominica en la Fraternidad Seglar de Hermanas de la Penitencia de Santo Domingo, dedicadas con gran austeridad a la oración, penitencia y ayunos.
Vive en su propia casa una vida de sacrificio hasta el año 1370: A los veintitrés años, en una visión de su esposo celestial, recibe la misión de dedicarse a la vida de apostolado.
Señor Dios,
tú has mostrado a santa Catalina
el amor infinito
hacia todos los hombres,
hechura de tus manos,
que arde en tu corazón .
Ella compartió generosamente
esta revelación
y la vivió en todas sus consecuencias
hasta el heroísmo.
Concédenos que podamos
seguir su ejemplo,
confiando en tus promesas
y aumentando nuestra fe en tu presencia
en cada sacramento,
especialmente en el sacramento de tu perdón.
Te lo pedimos por Jesucristo,
tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo
y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén.
MARTES 30 DE ABRIL 2019
MARTES 30 DE ABRIL 2019
Se alejó de ellos como a la distancia de un tiro de piedra, y se puso de rodillas para orar. Dijo: «Padre, si quieres, líbrame de este trago amargo; pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya.» Lucas 22:41-
Querido Padre en el cielo,
a ti levantamos los ojos.
Tú permites que los acontecimientos aquí en la tierra sigan su propio camino,
y hasta tu Hijo tuvo que sufrir y morir. Pero tu plan ya está preparado y tú actuarás en nuestro momento, según tu voluntad.
Oramos:
“¡Que se haga tu voluntad, tu voluntad!”
En medio de todo sufrimiento,
deja que se revele tu amor en muchos lugares, dondequiera que sea posible para la gente entenderlo.
Tú siempre nos has protegido;
continúa protegiéndonos.
Tú has hecho mucho para nosotros y queremos alabar tu nombre.
Queremos ser un pueblo que siempre te reconozca y alabe, porque tú nunca dejarás que se pierda ni uno sólo que espera en ti. Quédate con nosotros hoy,
ayúdanos y danos la fuerza necesaria para servirte en la vida diaria.
Amén.
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